En 2024, cuando el año comienza de nuevo y el mes cambia, nuestro departamento de comercio exterior tomó colectivamente la audaz decisión de buscar la belleza de las montañas y los mares, embarcándose en un aventurero viaje de senderismo a lo largo de la costa de Dongxichong en Shenzhen.
Dongxichong, ubicado en la tranquila calle Nanao del distrito de Longgang en la ciudad de Shenzhen, se encuentra en la serena península de Dapeng. Conocida por su paisaje pintoresco y su impresionante belleza natural, ofrece un escape tranquilo del ajetreo y el bullicio de la vida de la ciudad. Ha sido nombrada una de las rutas de senderismo más bellas por National Geographic y también es una de las ocho costas más bellas de China. La ruta de senderismo Dongxichong presenta seis picos, comenzando en Dongchong y pasando por la playa Dongchong, Guizijiao, Jumangjiao, Chuannbiyan, el Observatorio y el templo Mazu, antes de llegar a la playa Xichong. El recorrido completo tiene una longitud aproximada de 8 a 9 kilómetros. Este punto de partida está enclavado entre imponentes montañas, lo que nos lleva a través de una rica variedad de paisajes naturales.
El terreno que recorrimos fue increíblemente diverso, a veces siguiendo caminos de montaña, otras, rutas costeras. La costa era increíblemente hermosa, con distintas capas de color. Bajo el sol, el mar brillaba con tonos azules. Los sinuosos senderos de montaña atraviesan una exuberante vegetación verde y ofrecen vislumbres ocasionales del océano. Llamaba la atención el contraste entre la continua línea de costa y el sonido de las olas acompañando nuestros pasos. En el camino, pasamos por una cueva fascinante, cuyas superficies cuentan historias de épocas geológicas pasadas. También subimos a un observatorio, contemplando el majestuoso mar. Una suave brisa nos levantó el pelo, llevándose consigo el sabor salado del mar y una sensación de libertad.
El senderismo a lo largo de la costa de Dongxichong, aunque increíblemente hermoso, también presentó una serie de desafíos físicos y mentales. El terreno variado puso a prueba nuestra resistencia, con ascensos y descensos pronunciados que requirieron fuerza y agilidad. Navegar por senderos rocosos exigía una atención cuidadosa y, aunque visualmente reconfortante, el terreno arenoso planteaba sus propios desafíos con cada paso que se hundía. Físicamente, fue una prueba de resistencia y resistencia, empujándonos al límite de nuestra zona de confort. Mentalmente, el viaje fue igualmente exigente. Fue necesaria una vigilancia constante y una concentración sostenida durante toda la caminata, lo que desafió nuestra capacidad de concentración durante largos períodos. Fueron estos desafíos los que sacaron lo mejor de nosotros.
A medida que atravesábamos los diversos terrenos, nos extendimos la mano unos a otros, ofreciéndonos apoyo mutuo. Esta experiencia compartida con el telón de fondo de la belleza natural de Dongxichong no fue sólo un simple viaje; simbolizaba una elevación en nuestra comprensión y unidad. Al llegar al tramo final, todos sentimos una sensación de victoria.
Cada paso de nuestra caminata a lo largo de la costa de Dongxichong nos acercó a la naturaleza. Bajo el sol brillante, brillamos junto a toda la creación. Disfrutamos de los paisajes naturales de montañas, ríos y mares, animándonos a ser quienes se atrevan a cruzarlos. Esperamos con ansias las futuras aventuras y exploraciones que nos esperan.